lunes, 10 de octubre de 2011

La Alberca Olímpica, joya arquitectónica de la UNAM

Jesús Fuentes Ramírez y Edmundo Ruiz Velasco.
Fotos de Juana Sánchez Soto.-

Abrió por primera vez sus puertas en 1954, para recibir las competencias de natación de los VII Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe. Un año después fue escenario de las competencias acuáticas de los II Juegos Deportivos Panamericanos. En 1968, fue escenario de los Juegos Olímpicos en las eliminatorias de polo acuático, y sirvió como lugar de entrenamiento para nadadores y clavadistas de diversos países. Así inició la historia de esta alberca: que –en aquel tiempo– era la más grande del mundo y está enclavada en el propio corazón de Ciudad Universitaria.
     Sin lugar a dudas, sigue siendo de las más grandes del mundo, ya que en la actualidad la más grande se encuentra en  las costas de Sudamérica, en el complejo de San Alfonso del Mar, en Chile. Esa alberca cuenta con un kilómetro de longitud y se trata de una laguna artificial de ocho hectáreas que contiene 2.5 millones de litros de agua y está reconocida en el Libro Guinness de los Récords como la alberca más grande del planeta…


Panoramica de la alberca olimpica de CU
     Y ustedes se preguntaran ¿de qué nos sirve saber estos datos?, pues nada más porque aquí es donde se enfoca nuestra nota...
     Se refiere a un trabajo sucio, sin embargo, el cual alguien tiene que hacerlo. Cientos de usuarios asisten diariamente a la Alberca Olímpica de Ciudad Universitaria para participar en diferentes actividades como cursos para aprender a nadar, prácticas para los representativos de clavados, natación, nado con aletas, polo acuático y buceo o simplemente a tomar el sol y recrearse un poco dentro de la instalación.
     Lo que pocos saben es el gran trabajo que se realiza en conjunto para que la alberca se mantenga en óptimas condiciones de uso, higiene y seguridad. Un trabajo indispensable que implica la limpieza en las áreas de vestidores, baños y regaderas además de pasillos y áreas comunes, junto con el aseo de las canchas de básquetbol, voleibol de playa, áreas verdes, gradas y oficinas administrativas.
     De este trabajo tan sencillo podemos darnos cuenta porque se aprecia a simple vista, pero existen otras áreas que pocos saben que también se mantienen limpias y corresponden a las paredes y fondo de la alberca. Estas partes de mayor superficie son las que se tiene para limpiar  con un trabajo relativamente muy sencillo, pero a la vez muy complejo.
     Sobre todo, si nos detenemos a observar el sistema de filtrado que se maneja y así nos daremos cuenta de que es una tarea  minuciosa, lenta,  pesada y constante, donde día tras día se libra una guerra contra el polvo, grasas y algas, que generan una capa dura y resistente.
     Peor aún si tomamos en cuenta que las máquinas de barrido con las que se limpia tienen varias décadas de uso y es por eso que el trabajo se complica y necesita de una ayuda extra. Esa tarea especializada requiere de una particular preparación tanto física como técnica y aquí es donde entra el equipo de buceo, dirigido por el instructor Jesús Fuentes Ramírez, junto con los hermanos  Efraín y Orlando Pérez Pagan, ambos buceadores deportivos con varios años de experiencia en el medio subacuático y colaboradores los tres en las actividades de preparación y capacitación de la Secretaría de Deportes del STUNAM.

los haciendo la limpieza de la alberca
     El trabajo de barrido comienza desde muy temprano y consiste en tallar el fondo de la alberca con cepillos especiales para succionar las capas de lama que se generan. Parece fácil, pero no es así; para ello, dos de los tres buzos ingresan a la alberca, generalmente en la fosa de clavados, lugar donde se junta la mayor cantidad de alga y es porque la generación del alga se debe a la misma profundidad–, provocando que el tallado sea más difícil para quitarla porque con el simple aspirado no basta, y es por eso que para limpiarla se tiene que hacer de manera manual.
     El tercer buzo ingresa al área olímpica por los carriles de competencia–, donde primero aspira la zona, mientras la fosa de clavados es tallada y barrida con agua a presión. Aquí es donde la habilidad, técnica y condición física de los buzos deben mantener una buena flotabilidad para no levantar el exceso de alga del fondo– y no revolver las partículas menos pesadas con el agua de la alberca.
     Otro aspecto importante es el tiempo que se precisa permanecer dentro del agua, que generalmente es de dos a tres horas; por eso, la condición física y el consumo de aire es de suma importancia, ya que si se realizan movimientos bruscos y continuos lo único que provoca es que el trabajo sea deficiente y el consumo de aire mayor, porque como había dicho la lama es muy volátil y es fácil de levantar, como una nube, que tardaría mucho tiempo para asentarse nuevamente en el fondo.
     Por otra parte, las paredes de la fosa son las más complicadas de limpiar, puesto que al hacer la presión directa contra los muros el buzo tiende a desplazarse hacia atrás; es por eso que la patada contrarresta dicho impulso y, entonces, se debe aplicar en el fondo una excelente técnica de movimiento para desplazarse sobre las paredes, lo que implica doble trabajo.
     Una vez que se termina el tallado del fondo se realiza el barrido y, por último, se aspira toda la lama que se quita; mientras un buzo aspira el fondo los otros dos inspeccionan las coladeras de succión y le dan mantenimiento al interior. El trabajo no termina aquí, ya que el personal encargado del barrido diario aún tiene que destapar las rejillas y terminar el filtrado del agua.
     Cabe decir que este tipo de ayuda lo proporcionaba desde 1984 el reconocido profesor Miguel Fuentes Cruz, quien (además de ser galardonado con el Premio Luchador Olmeca por la Confederación Deportiva Mexicana, CODEME) junto con algunos trabajadores de la alberca que él también aleccionaba y capacitaba proporcionaba el mantenimiento indicado con su propio equipo técnico y humano.
     Por lo anterior, es importante mencionar que la alberca de nuestra Universidad no se encontraría en las condiciones óptimas que se precisan, de no ser por el gran trabajo que cumple el personal administrativo y especializado que allí labora.
     Y aprovechando este espacio, la Secretaría de Deportes del STUNAM le brinda una sincera felicitación y reconocimiento a todo el personal de base que día tras día realiza su mejor esfuerzo para mantener hermosa y en condiciones de uso  a nuestra emblemática instalación universitaria, entre ellos Gustavo Sánchez, Mario Del Castillo, Enrique Torres, José Luis (el Pajarito) y Mauricio Pescador, entre otros buenos compañeros y amigos.

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