martes, 4 de junio de 2013

En la Feria del Libro Antropológico, participación de los auxiliares de intendencia

Ricardo Rivas Hernández.Tuvo lugar la XVIII Feria del Libro Antropológico en el Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) este año, con la presencia de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán como estados invitados.
Además de casi la totalidad de los institutos de ciencias sociales y humanidades de nuestra casa de estudios, también estuvieron presentes casas editoriales como ERA, Siglo XXI, Porrúa, Ediciones TINTAROJA, la revista Arqueología mexicana, entre muchas otras dedicadas a la publicación de libros de antropología.
En el discurso de clausura, que corrió a cargo de la Secretaria Académica, doctora Ana María Salazar Peralta, se agradeció a todos los que colaboraron y se hizo especial mención al personal de base, muy especialmente al departamento de publicaciones y a los auxiliares de intendencia.
Lo anterior le hizo pensar a quien escribe que mejor cuestionamiento no pudo haber planteado BertoltBretch en su célebre poema Preguntas de un obrero que lee, cuyas primeras líneas versan: “¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas? En los libros aparecen los nombres de los reyes ¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?”.
Y es que desde un par días antes de la inauguración, el Instituto fue testigo de un constante movimiento de batas azules y uniformes de mezclilla con las siglas UNAM bordadas en letras doradas, de un ir y venir de escobas y trapeadores, de cómo poco a poco iba tomando formala infraestructura necesaria para el evento.

nuestros compañeros de intendencia en el Istituto
Tal vez nunca sabremos quiénes construyeron con sus propias manos Tebas, pero afortunadamente sí sabemos quiénes desde muy temprana hora lavaron a presión el vestíbulo del IIA, limpiaron ventanales, no dejaron rastro de polvo ni en el último rincón, colocaron una enorme lona por si a Táloc se le ocurría hacer de las suyas, transportaron y armaron los interminables exhibidores y las mesas-mostrador para los libros contenidos en las aún más interminables cajas.
Sabemos quiénes mantuvieron en impecables condiciones el auditorio en el que tuvieron lugar las presentaciones de libros, así como toda el área de la feria. Fueron los mismos que para hacer todo eso se quedaron desde un día antes hasta altas horas de la noche, sólo para continuar con el trabajo a primera hora del día siguiente.
Me refiero claramente al equipo conformado por los auxiliares de intendencia del IIA, sin cuya participación seguramente la Feria no hubiera sido un todo un éxito. Un equipo, cabe señalar, integrado mayoritariamente por gente muy joven.
Alberto Cazares Guzmán, Bryan Rafael González Zea, César López Bejarano, Gerardo Flores Pintor, María de la Luz Arias Baltazar, Maribel Negrete Sánchez, Yazmin Lira Rocha y el jefe de servicios Francisco Muñoz señalaron que: “no hicimos todo eso por reconocimiento alguno, sino porque es nuestro deber”.
Sea pues esta nota un reconocimiento por su destacada participación en la XVIII Feria del Libro Antropológico, lo que es sólo uno de muchos ejemplos de las labores fundamentales que día a día desempeñamos los trabajadores administrativos para garantizar el buen funcionamiento de la máxima casa de estudios de éste país.


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