miércoles, 27 de noviembre de 2013

Nuestra tragedia persistente. La democracia autoritaria en México


Patricia Flores

El martes 19 de noviembre de 2013, en el auditorio P-5 de la Facultad de Arquitectura, se llevó a cabo la presentación del libro: NuestraTragedia Persistente, La democracia autoritaria en Méxicodel politólogo Lorenzo Meyer.
Cabe recordaral lector que dentro de su amplia trayectoria el autor es investigador y profesor en universidades públicas de México, Estados Unidos y España; se ha hecho acreedor al Premio de Investigación Científica, que otorga la Academia Mexicana de las Ciencias, al Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de la Historia, Ciencias Sociales y Filosofía del 2011; es investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores y profesor emérito en el Colegio de México; es especialista en el análisis del sistema político mexicano.
Desde hace 26 años es editorialista de periódicos de circulación nacional, también es comentarista en el canal 11 del programa Primer Plano; en el campo del periodismo ha recibido dos premios nacionales y ha publicado cuatro libros que recogen una selección de su labor editorial. Actualmente, está trabajando en la investigación para determinar los efectos de la Guerra Fría en la política interna y externa de México.
En el libro que presentó ahora maneja dos conceptos, que son: “Si se es autoritario no se puede ser democrático y si es democrático no se puede ser autoritario”; Meyer sostiene que México está viviendo un sistema político hibrido, ya que es un sistema que contiene los dos elementos: el autoritario y el democrático.

Lorenzo Meyer, en la presentción
de su libro
En su disertación, sostuvo que el concepto de democracia en las ciencias sociales no se encuentra bien definido. Mencionó que en su  libro hay ideas de lo que ha sido México en materia política y de lo que puede ser; “la política no es más que el ejercicio del poder, es la imposición de la voluntad de unos sobre otros, a veces la manera natural sin resistencia de los otros, a veces con resistencia.
Dijo que los regímenes pueden ser democráticos o autoritarios. Dentro del primero, el ciudadano tiene el derecho de elegir, por medio del voto libre, informado y secreto, entre dos o más proyectos de gobierno y que tengan el conocimiento los electores de las diferencias sustantivas. En cambio, en el régimen autoritario es donde sólo hay un centro y este centro toma todas las decisiones sobre toda la organización política, desde cuál es el club de ajedrez hasta quién va a gobernar.
Y continuando con las definiciones, el autor manifestó que “el autoritarismo es el concepto clave y se presenta como un sistema de pluralismo político limitado; existe un grupo, partido o una persona en la cúspide del poder, quien decide quiénes entran al juego político, inmiscuyen a varios pero no todo el que desee puede entrar, y todo el que entra tuvo que ser aceptado por el o los que dirigen; los autoritarios son sistemas sin ideologías, que no pueden tolerar movilizaciones sociales sistemáticas, sólo esporádicas, y cuando pasan los límites permitidos son reprimidas”.
Más adelante, Lorenzo Meyer apuntó que “la peculiaridad del sistema político totalitario mexicano es que era menos represor y más cooptador, se podía dar el lujo de incluir a todos los actores políticos que quisieran tanto de izquierda como de derecha y de centro y fue considerado el sistema autoritario más exitoso de América Latina, ya que fue muy innovador y ha perdurado por 84 años.
Planteando que la esencia del ejercicio del poder en México es el autoritarismo con una presidencia muy fuerte sostenida por un partido, el que a su vez posee bases sociales muy amplias por la vía del corporativismo –comoson los casos de la CTM, la CNC pero también la COPARMEX, la CONCANACO, la CANACITRA–, tiene la capacidad de organizar a todos los sectores y controlarlos desde la cúspide del poder, que es el presidente de la República autoritario.
También hizo mención del fraude electoral de 1988. Periodizó a los diversos regímenes mexicanos; entre éstos el fracaso económico de Echeverría en 1976, la crisis del 82, cuando inclusive José López Portillo lloró y pidió perdón a los pobres y a México; en 1994-95, en que se desgastó todo y surgió el cambio por la vía pacífica electoral, y “nuestra tragedia persistente es que todos fracasaron y no se dio una posibilidad de cambio, aun cuando las posibilidades sí se asomaron”.
Hace mención de la pésima clase política que existe en México; además, hace énfasis en que hoy existe un elemento nuevo, que es la capacidad que tiene la sociedad mexicana, con muchos trabajos y con muchos fracasos, de ir creando algunos movimientos sociales de respuesta como lo fue #Yo soy132, que tuvo su buen momento político.
Sobre el tema del narcotráfico, hace mención que quienes comenzaron a prohibirlo fueron los norteamericanos y después, con esa actitud, ellos fueron los que lo fomentaron.
Habló sobre la reforma energética; sobre el petróleo sostiene la tesis de que no es necesario vender el petróleo a privados.
Para finalizar, consideró que el regreso del PRI es muestra del fracaso de la política por el esfuerzo que se hizo de transformar políticamente al país y no se consiguió.

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